miércoles, 8 de abril de 2015

5- LUJURIA:

La ira descansa. Pero descansa mal... en lujuria se convierte.

La soberbia manda: codicia, envidia, ira y como subproducto, insospechado quizás: lujuria. Los pecados capitales se encadenan entre sí, se hilvanan como un tejido. Y aunque tenemos distintos pecados capitales "favoritos", sin la soberbia no podríamos cometer ni siquiera uno.

Sólo mediante la soberbia podemos codiciar, envidiar, desatar ira y lujuria. La lujuria es quizás el modo más asqueroso de demostrarla. De demostrar nuestra soberbia, capital en cuanto a descaro y a nuestra impunidad de acción. Rompe la propia dignidad y nos hace seres viciados.

ANTI-LUJURIA:

El camino ego-codicia... debe evitarse. Pues siempre termina, invariablemente, en ego-codicia-envidia... ira, ¡lujuria!. Y otros pecados capitales que iremos viendo. E iremos haciéndolo bien despacio.

Parece muy complejo el término "pecado capital". Pero pecado es, sencillamente, sinónimo de ERROR. Y "capital", que es uno especialmente GRAVE.

No los cometas... sé humilde.

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