lunes, 23 de marzo de 2015

4- IRA:

La envidia explota. En ira se termina convirtiendo...

La soberbia manda: primero codicia, luego envidia y finalmente explota en ira. Los pecados capitales se encadenan entre sí, se hilvanan como un tejido. Y aunque tenemos distintos pecados capitales "favoritos", sin la soberbia no podríamos cometer ni siquiera uno.

Sólo mediante la soberbia podemos codiciar, envidiar y desatar nuestra ira. La ira es quizás el modo más violento de demostrarla. De demostrar nuestra soberbia, capital en cuanto a atropello y a nuestra impunidad de acción. Rompe vínculos con una mueca como un diablo.

ANTI-IRA:

El camino ego-codicia... debe evitarse. Pues siempre termina, invariablemente, en ego-codicia... envidia, ¡ira!. Y otros pecados capitales que iremos viendo. E iremos haciéndolo bien despacio.

Parece muy complejo el término "pecado capital". Pero pecado es, sencillamente, sinónimo de ERROR. Y "capital", que es uno especialmente GRAVE.

No los cometas... sé humilde.

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