La avaricia golosa. El hambre desmedido y material.
La soberbia manda: codicia, envidia, ira, luego lujuria, pereza, y finalmente: gula. Los pecados capitales se encadenan entre sí, se hilvanan como un tejido. Y aunque tenemos distintos pecados capitales "favoritos", sin la soberbia no podríamos cometer ni siquiera uno. Sólo mediante la soberbia podemos codiciar, envidiar, airarnos, evadir y engolosarnos.
La gula es quizás el modo más desahuciado de demostrarla. De demostrar nuestra soberbia, capital en cuanto a voracidad, vicio, materialismo y no obstante vacío. Rompe decencias torciendo valores desde/ para el propio engolosamiento.
ANTI-GULA:
El camino ego-codicia... debe evitarse. Pues siempre termina, invariablemente, en ego-codicia-envidia-ira-lujuria... pereza, ¡gula!. (Este es el último gran pecado, pues implica exageración de otros llevados al extremo. Exageración de soberbia, codicia, envidia, ira, lujuria y pereza... drogadicciones y lascivias por ejemplo.)
Parece muy complejo el término "pecado capital". Pero pecado es, sencillamente, sinónimo de ERROR. Y "capital", que es uno especialmente GRAVE. (Del primero al último, te harán infeliz y querrás disimularlo; esclavo y renegarás de ello; dañino y te irás acostumbrando a serlo. Conciencia adormecida patológicamente.)
No los cometas... sé humilde.
Ora, y entrégale
todos tus pecados
a Cristo... Nadie te
podría ayudar mejor.
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