martes, 1 de abril de 2014

1- SOBERBIA:

Este es el primero y la madre de todos los pecados capitales. Es decir el peor de los peores...

Mediante ella uno se siente especialmente más importante que el resto, en una forma agresiva:
"Soy una persona que está encantada de ser cómo es,
y al que no le guste, puerta."

Es una forma infantil, pero también egocéntrica y agresiva en grado máximo. Es decir: soberbia.

ANTI-SOBERBIA:

Lo contrario a la soberbia es dar lugar a los demás, basados en no sentirse demasiado mejores.

Uno puede ser el mejor en lo que hace, para dar un caso extremo, y ser humilde igualmente:
"Sé que todo lo que logré es por el esfuerzo de mis padres
que me han brindado determinada educación
y con la ayuda de Dios."

Es también alguien que siente, en definitiva, que son todas "suertes"... y la tuvo buena.
No se adjudica los logros demasiado, por respeto a esa gente con mala cuna
de la cuál no se siente especialmente diferente más que por "suertes" y,
si se quiere, algún designio que sólo Dios conoce y se lo debe.

Tampoco dice: "yo hubiera salido adelante"
pues conoce la realidad.

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